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lunes, 9 de enero de 2017

El autocontrol y la calma

Los perros, al igual que los humanos tienen cierta tendencia a la impulsividad que es variable entre individuos. Esto es, la tendencia a pasar de la percepción de un estímulo a la acción sin mediar control voluntario de la conducta. Cuanto más intenso sea el estímulo desencadenante más sencillo es que se produzca una conducta impulsiva, sin control. Los animales más impulsivos controlan un menor rango e intensidad de estímulos. Por ejemplo los perros reactivos son perros que reaccionan exageradamente a estímulos que para la mayoría de individuos resultan manejables, como por ejemplo, escuchar un ruido repentino o cruzarse con otro perro. Esta reacción se debe a una emoción y no tiene control cognitivo.

En la otra cara de la moneda, un perro puede manejar sus emociones para resistirse por ejemplo a un jugoso filete que está desprendiendo un olor delicioso sobre la mesa. ¿A qué se debe esto?.

Pues es precisamente a esto a lo que llamamos autocontrol. El autocontrol permite a un perro mantener la calma ante un mayor rango de situaciones de la vida diaria y le otorga el don de la "tolerancia a la frustración" algo que los humanos también pasamos toda la vida trabajando.

¿Cómo se obtiene este autocontrol?

El autocontrol se obtiene cuando el perro aprende que hay cosas que no puede hacer. Es decir, tiene que adquirir la experiencia de que cuando se deja llevar de sus emociones no obtiene ninguna recompensa. Por ejemplo, intento coger lo que está en la mesa pero alguien está allí para impedírmelo o tiro de la correa para ir más rápido pero en lugar de eso nos paramos. Así, después de más o menos intentos, el perro se da cuenta de que debe modificar su conducta, es decir, se accede al nivel cognitivo. Es en este momento cuando debemos enseñarle una conducta alternativa aceptable. No se trata de decirle al perro de antemano lo que debe hacer o de impedirle intentarlo sino, al contrario de que descubra que su conducta es inútil y se vea obligado a pensar antes de actuar. Esta es la base de una correcta educación y la razón por la que esta es beneficiosa tanto para el perro, (que aprende a estar calmado) como para el humano.

En el caso de que el perro tenga un problema de reactividad o impulsividad es especialmente necesario que el estímulo que se ofrezca sea de intensidad baja y manejable por el perro, e ir subiendo e incluso ir cambiando el tipo de estimulo a otros que le resulten más complicados de manera gradual. De lo contrario al perro le resultará imposible superar el nivel emocional. Muchas veces es recomendable entrenar activamente el autocontrol para que estos "circuitos" que permiten salir del bucle emoción-reacción se fortalezcan y sea más sencillo ponerlo en práctica durante la vida real. Durante los entrenamientos en autocontrol, se ofrecen estímulos al perro cada vez de mayor intensidad y se le enseña que no puede reaccionar a ellos hasta que no recibe una orden de liberación, por ejemplo "ok".

En este video se puede ver uno de los ejercicios de autocontrol en el que el perro aprende a mantener la conducta de calma con un marcador positivo (muy bien o buen chico) y a diferenciarlo de la señal de liberación "ok" cuando ya puede coger el premio.



Por último le dejamos este otro video, de como podemos practicar el autocontrol en la vida diaria.







miércoles, 31 de agosto de 2016

Un cachorro en casa

Has decidido tener un perro.

Además has decidido que quieres que sea un cachorro.

Entonces deberías saber que te espera un periodo duro pero bonito.

Lo primero que deberías saber es que lo mejor para el cachorro y vuestra relación futura es que se venga a casa contigo en la semana en la que cumple dos meses. Antes de este momento debería estar con su madre y sus hermanos. Además, el entorno en el que pase sus primeros meses no debería ser demasiado aislado, aunque sea tranquilo. Perros que nacen y pasan sus primeros 3 o 4 meses de vida en un cubículo no tendrán las experiencias  necesarias para poder afrontar el mundo que se le viene encima. ¡Cuidado con perros adquiridos en tiendas o de criadores desconocidos!. Sí el perro es separado de su madre muy pronto, su desarrollo neuronal puede verse afectado. El perro no madura sensorialmente hasta pasado el primer mes de vida. Además puede tener problemas de inhibición del mordisco, ya que son su madre y hermanos los encargados de enseñarle a controlarlos. En cualquier caso, perros con un inicio inadecuado en la vida pueden desarrollar problemas de miedos y reactividad. A los dos meses comienza un periodo sensible y corto en la vida del perro en el que debe ser expuesto de modo progresivo y positivo a todos los estímulos con los que se encontrará en su vida adulta, de este modo, será capaz de gestionar un gran abanico de experiencias y será un perro más seguro de si mismo que pueda relacionarse con todo tipo de personas y otros perros.

En segundo lugar has de estar preparado para enseñar a tu perro cuales son las normas de convivencia de la casa. Para ello, primero has de tenerlas tú bien claras, hablarlas si vives en familia y ofrecer un frente común para que el perro reciba una educación coherente. El perro va a explorar posibilidades, no sabe ni tiene porqué saber cuales son las conductas aceptables, debes hacérselo saber con tranquilidad, firmeza, paciencia y mucha constancia. Prepárate para algunos (o muchos) destrozos y limpieza de pipis y cacas.

Igual que exigimos damos. No puedes pedirle a tu perro que se comporte como tu deseas sin tener en cuenta si tiene sus necesidades cubiertas. Un cachorro tiene mucha energía y necesidad de explorar el mundo. Esta es una necesidad fisiológica programada evolutivamente ya que es la que le empuja a conocer y aprender del mundo en ese breve periodo sensible del que te hablé. Estructura la rutina diaria, dale ejercicio e interacción social. Puedes leer la entrada sobre las necesidades del perro. Infórmate sobre como enseñarle a hacer sus necesidades fuera de casa o en el lugar que has decidido.


Y como siempre, si lo necesitas busca la ayuda de un/a educador/a canino. En cualquier caso te espera un viaje apasionante, disfrútalo.

martes, 28 de junio de 2016

Mi perro, mi niño, mi bebe...


Hoy traigo una reflexión. Este tema puede ser algo polémico. ¿Cómo te refieres a tu perro?. ¿Es tu mascota, tu perro, tu niño, tu peludo, tu bebé...? ¿Tú eres su papi o su mami?

Hay mil maneras de referirnos a nuestros perros y cada una denota algo, en mi opinión. Bien está que queramos a nuestros perros y en muchos casos sentimos que este amor es comparable al que se sentiría por un hijo, de ahí ciertos apelativos cariños. Es totalmente comprensible. ¿Algún problema?.
Bueno, en mi opinión solo uno. ¿Eres consciente de que es un perro? ¿Lo tienes verdaderamente presente?. Es decir, aunque lo quieras como a un hijo/a hay que ser consciente de que no necesita las mismas cosas que un niño o niña. La buena vida y los mimos de un niño humano pueden llegar a ser maltrato para un perro. Por otro lado a un perro hay que educarlo, aquí sí, igual que harías con un hijo/a y no limitarte a mimarlo sin más.


Ojalá no se tuviera que ver imágenes como esta sin una razón veterinaria que lo justifique.

Si quieres aprender más sobre lo que significa ser un perro, que es lo que necesita para que esté feliz, estás invitado a nuestra charla el próximo 29 de Julio.



domingo, 3 de abril de 2016

Gestión emocional: Enséñale a pensar

Últimamente, un tema recurrente de consulta que me encuentro es el de la reacción emocional excesiva ante estímulos cotidianos.

Este problema según algunos profesionales modernos subyace de que el modo habitual de enseñar y educar a nuestros perros se basa demasiado en la emocionalidad. Continuamente respondemos a respuestas emocionales del perro. De este modo es como consiguen que le saquemos de paseo, juguemos con él, le demos un trozo de comida suculenta o que le llamemos la atención. De hecho la mayoría de los entrenamientos se basan en el conductismo que al fin y al cabo se fundamenta en que el animal asimile una conducta con un estado emocional, ya sea positivo o negativo con el objetivo de potenciar o inhibir la conducta. Esto realmente resulta muy útil y es la herramienta fundamental del adiestramiento. El problema es que cuando el perro reacciona ante un estímulo emocional utiliza redes neuronales muy básicas, que no implican el sistema cognitivo. (Esto esta explicado de forma sencilla en este artículo de Eurekan). Se generan comportamientos muy rápidos, automáticos pero también se dificulta tremendamente el controlar el comportamiento si el perro siente una gran motivación interna hacia la conducta. 


  
¿Y que hacemos?

No creo que debamos dejar de lado herramientas que nos han funcionado como el clicker, sino más bien ser creativos a la hora de ofrecer desafíos a nuestros perros. El objetivo es enseñarlos a pensar. Evitar caer en la mecanización de la conducta. "hago esto y consigo esto". En cualquier caso esta mecanización debería ser en el sentido de controlar su reacción para conseguir su objetivo.

- Para ello no deberíamos nunca darle lo que quieren cuando están en un estado de excitación alta. Relajarse debería ser la conducta que le lleve a conseguir el fin. Para ello, muchas veces nos apoyamos en el adiestramiento, pidiendo órdenes que conocen. Pero cuidado, no debemos confundir a un perro sentado con un perro relajado.  En cambio sí debemos ser conscientes de como nos comportamos con el perro en el día a día. 


- Probar distintos tipos de entrenamiento, también en mi experiencia es una buena manera de estimularles a pensar. El uso del clicker con la técnica del moldeado libre o enseñarle a imitarte con el Do as I Do de Claudia Fugazza1 ayudará a mantener la mente del perro activa y nos mejorará nuestra comunicación con ellos. 

Varios autores hablan en diferentes términos en lo que respecta a la gestión emocional. 

-Albert Garriga, a cuyos seminarios he acudido recientemente, por ejemplo, habla de Control y Autocontrol y aboga por enseñar al perro a consultarnos. Distingue entre control (El que ejercemos nosotros reprendiendo y prohibiendo) y Autocontrol (El perro aprende que no puede lograr sus objetivos por si sólo, debe esperar a que le demos el permiso) y se apoya en el principio de Premack por el cual un comportamiento agradable y frecuente aumenta la ejecución de otro menos preferible o probable, siempre y cuando el primero se haga contingente al segundo.2
- Carlos Alfónso López García desarrolla varios conceptos relacionados con esto dentro de su adiestramiento Cognitivo-emocional. Para el que esté interesado en profundizar se puede acudir a su libro "Tu perro siente y te quiere"3

Este tema es realmente complejo y suele necesitar de la ayuda de profesionales. Con este artículo pretendo explicar como el camino de la gestión emocional pasa por enseñar a pensar y quizás abrir un foro de debate sobre diferentes técnicas y enfoques utilizados para gestionar estos problemas. 



miércoles, 2 de diciembre de 2015

¿Quiero o puedo tener un perro?



Se acercan fechas navideñas y muchas familias se plantearán la opción de regalar a sus hijos o pareja ese ansiado perrito. Son muchas las preguntas que debemos hacernos a este respecto. Una es si quiero o puedo tenerlo, lo cual trae consigo una considerable lista de preguntas extras que deberíamos hacernos. Pero una vez que decidamos que estamos dispuestos a cambiar nuestras vidas para introducir en ellas a un nuevo miembro de la familia. Habrá que ver cuál es el indicado para nosotros.
Con este artículo pretendemos ayudar a analizar nuestra vida y entorno familiar para decidir responsablemente.


En primer lugar tenemos que tener en cuenta que todos los perros tienen una serie de necesidades básicas y chequear si estamos dispuestos a hacer los sacrificios necesarios. Estas necesidades mínimas serían:

1º Recibir nutrición adecuada
2º Recibir la vacunación y atención veterinaria en caso de enfermedad o accidente
3º Salir a la calle y hacer ejercicio. Todos los perros necesitan hacer algún ejercicio y salir a la calle al menos una vez al día si nuestra casa tiene jardín y al menos 3 si no lo tenemos.
4º Recibir atención y cariño.

Esto nos supondrá un desembolso económico y una importante inversión de nuestro tiempo.
¿Estamos dispuestos a ello? ¿Podemos permitírnoslo?

Si la respuesta a estas preguntas es un Sí rotundo la siguiente que debemos hacernos es ¿Qué perro es el adecuado para mi?. Es posible que nuestro hijo o nosotros mismos tengan una ilusión tremenda en tener, por ejemplo, un bulldog francés. Si la decisión de tener un perro flaquea ante la idea de tener otro tipo de perro, debemos pararnos a reflexionar si realmente queremos un perro o si, en realidad, queremos un estereotipo idealizado. Por favor, no seleccionen al perro por su apariencia o únicamente por impulsos emocionales.

Las necesidades básicas de cualquier perro se pueden ver multiplicadas por 10 en según que animales, al igual que los problemas que esto acarree si no estamos preparadas para ello.

Si quieres un perro de raza infórmate antes de sus características, en especial de su carácter y posibles problemas veterinarios. Hay perros estéticamente muy bonitos que pueden tener unas pulsiones instintivas muy fuertes que les hacen ideales para perro de caza o trabajo pero que en la ciudad pueden ser grandes problemas y otros que con alta probabilidad nos van a hacer pasar mucho rato en el veterinario.

Lo siguiente que debemos pensar es si queremos un cachorro o un perro adulto. Si bien es cierto que el cachorro está por moldear y lo podemos intentar adaptar a nuestra familia, también es cierto que este proceso puede ser duro y que si no tenemos experiencia y paciencia puede ser un arma de doble filo. Muchos perros adultos con problemas fueron cachorros que no recibieron la educación, atención y cuidados necesarios o adecuados cuando eran cachorros. Si no queremos pasar por el proceso de la educación, limpiar pipis y cacas dentro de casa y aguantar unos cuantos destrozos (algo casi inevitable con los cachorros), deberíamos plantearnos dar una segunda oportunidad a un perro adulto. En refugios y protectoras hay miles de perros esperándola, la gran ventaja de estos perros es que podemos conocerlos antes de adquirirlos. Podemos encontrar así el perro que se ajuste a nuestro estilo de vida y en cualquier caso mejorar el suyo.

El consejo general es, piénsalo bien. Si lo necesitas pide asesoría a un profesional y al personal de refugios si te decides por esa opción. No te dejes llevar por impulsos del corazón e infórmate antes. No le harás ningún favor al perro ni a tu familia llevándotelo a casa para después tener que deshacerte de él.



jueves, 19 de noviembre de 2015

Jugar en casa


Jugar es la necesidad del perro que normalmente menos tenemos en cuenta.
El perro necesita jugar con otros  (perros y humanos) para satisfacer sus necesidades sociales. Pero también como modo de ejercitar cuerpo y mente. Es una estupenda manera de enriquecer su ambiente para ayudar a mantenerlos sanos mentalmente.

La falta de ejercicio y estimulación mental es la causa habitual de la mayor parte de los problemas de comportamientos que nos encontramos normalmente. Por eso es importante saber usar el juego para alimentar buenos hábitos y conductas que ayuden a mantener el bienestar de nuestros animales.
Hoy quería centrarme en el juego dentro de casa.  Aunque el juego no sustituye al paseo, hay momentos en los que ya sea por razones médicas, como una convalecencia tras una operación o climatológicas los paseos se reducen mucho y el perro no puede gastar la energía que está acostumbrado. Queremos resaltar antes de nada que no es que la lluvia   nos parezca una   excusa para no pasear, pero siendo realistas cuando el tiempo no acompaña  todos acabamos reduciendo el tiempo del paseo.  En estos momentos hay que echar mano de estas estrategias para que nuestro compañero de cuatro patas no se vuelva (y nos vuelva) loco en casa.

Para ello es interesante conocer y haber ensayado distintos tipos de juego en casa.
Muchas veces el juego en casa puede ser un poco complicado o un poco pesado. Como cuando el perro te trae su hueso o pelota una y otra vez para que se lo tires. Pues bien, este es el momento de reconducir a tu perro.
En primer lugar arrojar cosas no es el juego más apropiado, más aun dentro de casa.
Busca otros tipos de juego. Hay que intentar que durante el juego se ejerciten actividades beneficiosas. Al arrojar algo sólo reforzamos el instinto de caza y/o el de cobro (depende del perro) si este juego no es pautado, en muchos perros puede llevar a las obsesiones y a conductas de protección, que son del todo indeseadas.
¿Cuáles son las conductas que debemos reforzar?
Las conductas a reforzar son aquellas que al perro le aporten algún beneficio, le ayuden a encontrarse mejor y a "usar la cabeza". Te damos algunos consejos generales:

1º Tenemos que partir de un entrenamiento básico, que sepa, al menos sentarse y esperar. Si no lo sabe hacer, ya sabemos con qué empezar. Si ya lo sabe, siempre podemos enseñar trucos nuevos y probar distintos modos de entrenamiento, para mantener la mente del perro siempre activa y flexible.

2º Busca juegos que le permitan ejercitar conductas como mascar y lamer. Estas son conductas de confort en el perro. Es decir, ayudan al mantenimiento de un estado de ánimo relajado.  Estos son juegos que pueden practicar solos, quizás solo animándoles un poco y ofreciéndoles los juguetes adecuados o golosinas de mascar (tendones, huesos etc).

3º  Juegos de olfateo. Usar la nariz es muy beneficioso para el perro, les ayuda a segregar serotonina y por lo tanto, a mantenerse felices y centrados. Hay que practicar un poco, pero hay juegos muy sencillos con los que tú y tu perro pueden aprender a trabajar en equipo.
¿Se te ocurren ideas? Hay que usar un poco la imaginación pero como ayuda también vamos a colgar algunos videos con ideas para jugar en casa en nuestro canal de youtube Equipo Laika.








jueves, 5 de noviembre de 2015

La llamada: 4 errores comunes


Uno de los problemas que más frustración causa en los dueños es la llamada. El dueño siente que el perro no le hace caso e incluso que su perro no le quiere y, en realidad, a veces evidencia algunos problemas en el vínculo entre ambos aunque este no tiene porqué ser el problema inicial. La llamada se puede entrenar y mejorar,  pero lo que ocurre normalmente es que algunos malos hábitos la debilitan progresivamente. Aquí haré una revisión de los principales.
1. Gastarle el nombre al perro (llamar continuamente). Muchas veces un exceso de control por parte del propietario genera un sonido incesante de fondo al que el perro se acostumbra. No solo aprende a ignorarlo y pierde significado sino que también se convierte en una señal continua de que el dueño está pendiente de él así que él puede hacer e ir a donde quiera, no tiene por que atender al dueño.


2. Llamar en momentos innecesarios o insistir en la llamada cuando está claro que es inviable que te haga caso. Hay que ser moderados y realistas. Este problema también deriva del exceso de control.  Es decir, llamar con el único fin de que se quede cerca, siempre que el perro está disfrutando o le vemos distraído o en circunstancias poco realistas como, por ejemplo, cuando ya está corriendo hacia otro perro o un gato. Es posible controlar esto, pero con un grado de obediencia muy entrenado y normalmente siempre deberemos adelantarnos a estas situaciones.  Pocos tanden dueño-perro logran, en la práctica, parar estas situaciones cuando ya se han desencadenado.  No ser conscientes de esto nos lleva a una llamada excesiva e inútil que provoca la desensibilización del perro que comentábamos en el punto anterior.  Hay que pensar que le estamos pidiendo al perro que deje de divertirse y normalmente no le damos nada a cambio.  Lo cual me lleva al siguiente punto.


3. No recompensar nunca el regreso. Si bien el perro debería volver de modo natural a su propietario esto no siempre ocurre, ya sea porque se han cometido errores previos en su educación o simplemente porque el perro es joven y tiene muchos distractores naturales. Aunque nuestro perro "quiera" volver a nuestro lado nunca está de más animarlo cuando lo hace para hacer el regreso más divertido, unas palmadas y palabras alegres serán suficientes. Otras veces habrá que "construir" la llamada y en estas ocasiones el refuerzo ha de ser más fuerte y evidente.


4. Castigarle por escaparse. El problema que tiene esto es "cuando" castigamos por escaparse. Normalmente no podemos hacerlo hasta que está a nuestro lado, por lo tanto, lo que castigamos en realidad es el volver a nuestro lado. Así, a medida que el perro nos escucha llamarle y se da cuenta de como vamos subiendo el tono más y más se aleja, ya que sabe que al volver se va a llevar una buena reprimenda. Esto es un enorme circulo vicioso ya que cada vez subimos más el tono, castigamos más severamente y esto se convierte en un mayor aversivo para el perro así que se aleja más y tarda más en volver. Es aquí cuando un deseo natural de libertad en el perro puede derivar en un problema con el vínculo con el propietario.
Evitar estas conductas puede recompensarnos con la bonita imagen de nuestro perro corriendo a toda velocidad hacia nosotros.




jueves, 10 de septiembre de 2015

¿Cómo perros y gatos?


Llevarse como perros y gatos... Otra de tantas expresiones de la vida cotidiana que dan por hecho ciertos conocimientos populares sobre los animales. Todo el mundo sabe que los perros odian a los gatos ¿No es así?. Bueno, pues habrá que preguntarle a todos esos propietarios de perros y de gatos que conviven con ambos bajo el mismo techo... Pero los perros persiguen a los gatos, ¿No es así?. Pues sí, aunque no todos los perros. Esto se debe en gran medida al instinto predador que se dispara con el movimiento. De hecho, lo que resulta irresistible es perseguir al gato que huye. Luego ya depende de la motivación del perro y de su experiencia particular. 

Mi perro, por ejemplo, que tiene más bien poco instinto predador y mucha curiosidad, al principio solo quería olfatear a los gatos, hasta que uno le respondió agresivamente  y luego salió corriendo. Fue la combinación perfecta para que empezara a verlos como seres a los que dar caza. Esto le ocurrió con unos 6 años, no era ningún jovencito. Un año más tarde adoptamos en casa un gato y a pesar de todo se llevan estupendamente los dos. De hecho salen a pasear juntos. Al principio cuando el gato aparecía corriendo en la calle había momentos tensos, porque el perro levantaba las orejas dispuesto a perseguirle y el gato se erizaba hasta que se reconocían mutuamente. Entonces el perro se daba la vuelta tranquilamente y el gato se volvía a relajar. Ahora ya ni tan siquiera ocurren estas confusiones y sospecho que los gatos del barrio tienen cada vez menos que temer de mi perro, que vuelve a perder el interés en ellos. 



Mi historia es solo una de tantas. Son incontables las personas que comparten su vida con ambas especies. Recientemente me he mudado y ahora saco al perro y al gato a una plaza donde van muchos propietarios con sus perros. Al principio todos dicen "¡Ay un gato!", Entonces les digo "viene conmigo" y aunque la mayoría se sorprende al final una gran cantidad de propietarios acaba diciendo. "Sí, mi perro también se crió con gatos" o "siempre juega con el de mi hermana"
Es una lástima que otras personas, debido a sus "conocimientos populares" piensen que la convivencia entre perros y gatos es imposible. Conozco un caso en el que unos propietarios habían convertido su casa en un entramado de puertas cerradas y protocolos de seguridad, ya que tenían perros y gatos y nunca se habían arriesgado a dejarles juntos en la misma habitación. Ahora esta misma familia tiene tres perras y dos gatos, viviendo todos juntos con mucha mayor tranquilidad.

Esto me lleva a una reflexión general que yo intento llevar a cabo en mi día a día con los animales. Yo intento no creer saber lo que es imposible con los animales. No se pierde nada con intentarlo, si hay algo que quieres hacer con tu gato, perro, periquito etc. Inténtalo, siempre teniendo en cuenta unas medidas de seguridad y un poco de sentido común, claro. No me refiero tanto a enseñar trucos sino más bien a cosas como ¿Por qué mi gato ha de pasar su vida encerrado en casa? o ¿Por qué un gato y un perro no pueden llevarse bien?. Personalmente animo a la gente a explorar los limites de las habilidades de sus mascotas y del nivel de comunicación que puede establecerse entre ambos. 

Les dejo un vídeo de un paseo con mis chicos. Si se animan compartan sus videos y fotos de perros y gatos en mi facebook Equipo Laika






viernes, 24 de abril de 2015

Un paseo agradable

Para muchos dueños el paseo diario es todo un suplicio. Su perro le tira y se muestra incontrolable cuando hay otros perros. Otras personas piensan que su perro ha de ir desfilando, cual militar, a su lado, sin desviar la mirada ni bajar la cabeza para olfatear.

Ambas cosas son una pena. El paseo debe ser ante todo agradable, tanto para el perro como para el dueño. Si el perro está en su momento de esparcimiento debe poder bajar la cabeza y olfatear, ya que para él esa es una fuente de información del mundo mucho mayor que la vista. No dejarle bajar la cabeza es como si a nosotros nos obligaran a pasear con orejeras. Hablo del paseo recreativo, por supuesto, es posible que queramos enseñar a nuestro perro a caminar a buen paso y sin entretenerse por hacer ejercicio o porque tenemos prisa en un momento dado. Pero este no puede ser el único tipo de paseo que se le permita al perro.

Por otro lado, el perro que tira constantemente tampoco está disfrutando del paseo. Caminar es una actividad relajante para el perro y ayuda a que el animal descanse mejor y se comporte mejor en casa. Pero un perro que tira durante todo el trayecto no está relajado, sino que por el contrario está acumulando ansiedad. Por otro lado, tampoco resulta agradabe para el dueño y cada vez tendremos menos ganas de salir a la calle.

Entonces… ¿Qué hacer?

La técnica básica para evitar que el perro tire, es sencilla pero requiere de bastante paciencia.
Lo primero que debemos tener son los utensilios adecuados. Un arnés o una correa fija son suficientes. Por otro lado la correa debe ser agradable al tacto (evitar la de cadena) y de unos dos metros de largo. Las correas cortas incitan a tirar y los collares estranguladores traen muchos perjuicios además de mostrarse poco efectivos.

Una vez bien equipados es hora de ejercitar la paciencia. Lo que debemos hacer es detenernos cada vez que la correa se tense y esperar relajadamente (reducimos un poco la tensión de la correa) a que el perro se de cuenta de que debe volver a nuestro lado para continuar la marcha. Poco a poco, vamos incluyendo algunos trucos como hacerle una señal auditiva cuando está a punto de agotar el largo de la correa y empezar a tirar. De este modo el perro aprenderá a no llegar al tirón, porque así evita que paremos la marcha y la diversión. 

En próximas entradas comentaremos algunas técnicas y detalles del comportamiento del perro a tener en cuenta cuando nos vamos a cruzar con otro perro. Si quieres aprender a disfrutar del paseo, próximamente tendremos un seminario práctico de socialización y paseo.


jueves, 2 de abril de 2015

El entrenamiento veterinario

Este concepto está bastante extendido en los centros zoológicos.  Allí los animales no solo son entrenados para realizar shows si no también con el fin de que en caso de necesidad y para las revisiones veterinarias sea posible su manipulación con la máxima seguridad para el personal  y el mínimo estrés para los animales.
¿Por qué no hacemos nosotros lo mismo con nuestros animales?
En gran medida no es necesario que sea un entrenamiento formal. Si no más bien un conjunto de medidas que pueden hacer que el animal esté acostumbrado a la manipulación. De este modo disminuiremos el estrés y nos ahorraremos muchos problemas cuando nos vemos en la necesidad de ir al veterinario y en caso de accidente o enfermedad.


Si tienes un cachorro es muy importante acostumbrarlo a la manipulación. Mientras juegas con él, siempre en momentos de relax, acostumbra a tocarle en todas las partes del cuerpo, en especial las orejas, patas, entre las almohadillas, el vientre e incluso órganos sexuales.  Intercala estas manipulaciones con otras caricias o dale un juguete o algo rico de comer mientras le tocas. Si empiezas cuando es un cachorro será muy sencillo. También es útil cogerlo en brazos y ponerlos sobre una mesa de vez en cuando.  Puedes cubrir antes la mesa para que no la identifique como una superficie más a la que está permitido subir.  Los perros grandes pueden pasar mucho tiempo sin que nadie los coja o levante en brazos así que cuando les ocurre en el veterinario, con el estrés que suele conllevar ese entorno extraño  y lleno de olores de otros perros que también están estresados se convierte en una experiencia desagradable, a veces, aterradora que quieren evitar a toda costa.  En cambio si el perro está acostumbrado a que le levanten y suban a la mesa a menudo, por ejemplo para peinarlo (si es que esto le gusta), para acariciarlo y darle premios, en el veterinario al menos no tendrá miedo a la manipulación. Igual te ocurrirá con las gotas en los ojos y las orejas o cortar las uñas. Todo será muy sencillo si tu perro está acostumbrado a la manipulación.

Además de hacer esto,  si tu perro ha recibido entrenamiento o estás pensando en entrenarlo es muy útil que hagan el sentado y el echado sobre la mesa y una vez dominen esto añadir el “hacerse el muerto” o como yo digo “de ladito”. Es posible que luego en el veterinario no lo quiera hacer pero, inténtalo. Siempre será una situación menos difícil para ambos y después de varias visitas cada vez le resultará más sencillo, porque las visitas serán menos traumáticas. Ya sabrá que se espera de él. En este sentido y  para lograr que el veterinario no sea para tu perro “la cueva del mal”. También es muy útil que lo visites a menudo, sólo de visita. Entras, le das un premio y te vas. Quizás puedes aprovechar y pesarlo.  Si tienes confianza con el veterinario pídele que le entre en la consulta o al menos le acaricie y le de una golosina. ¿Sabías que hay perros que tiran de la correa para entrar en el veterinario?

jueves, 26 de marzo de 2015

Las necesidades del perro

Este puede que sea el tema más importante a tratar en este blog.

Hay muchas razones para preocuparse por lo que necesita tu perro.  Por un lado, es importante saber que la gran mayoría de problemas que puede darte un perro  (problemas reales,  no me refiero a molestias) se deben a que alguna de sus necesidades no está cubierta. Recuerda: ¡Un perro feliz es mucho mejor compañero!

Pero por otro lado, la verdad es que el perro no puede procurarse lo que necesita el solo y tú elegiste ser la persona responsable de hacerlo. Esto es lo primero que hay que pensar antes de tener un perro. Lo segundo es ¿Qué es lo que eso implica? ¿Qué va a necesitar mi perro?

Lo más importante que tienes que saber de tu perro  es que es un animal social, para más señas un carnívoro. Y una vez más: ¿Qué implica esto? Pues para empezar que necesitará aprender muchas cosas del mundo y estar acompañado en el proceso. Primero por su madre y hermanos pero después te toca a ti.

El perro necesita una alimentación adecuada (trataremos el tema en otro post) y dormir unas 15 o 16 horas al día, más si son cachorros (sí, los carnívoros duermen un montón). Pero también y no menos importante necesita compañía, actividad física y estimulación ambiental. Esto implica que pases tiempo con él, pasear, estar en entornos diferentes, usar mucho la nariz y relacionarse con más humanos y perros.  Y si te lo estás preguntando: No, no consigue todo esto en el jardín de tu casa. Es muy importante que el perro salga a la calle a diario, no importa lo grande que sea tu jardín, porque todos los días es el mismo jardín, ¡Tu perro ya lo conoce!

Es recomendable, al menos, tres salidas al día para hacer sus necesidades, media hora de ejercicio más intenso y pasar contigo el mayor tiempo que sea posible. Es importante que el perro se sienta seguro a tu lado. Para que esto ocurra es muy bueno seguir ciertas rutinas, de modo que tu perro sepa qué esperar de ti.

Hacer todo esto implica bastante tiempo, es una responsabilidad y te cambia la vida. Pero la buena noticia es que cuando le das al perro lo que necesita tienes un compañero inmejorable. Hacer todo esto es lo que hace que sepas qué significa de verdad tener un perro, que le conozcas,  quieras y disfrutes de verdad. Porque… ¿Para qué ibas a querer tener un perro si no vas a compartir nada con él? 

jueves, 12 de marzo de 2015

Mi perro me ignora cuando le riño...

A ver si les suena esta frase. “¡Me da una rabia!, cuando le estoy echando la bronca no le falta si no ponerse a silbar”
foto:www.barbarabergstendesigns.com
Comentarios como estos son muy típicos, porque nosotros nos ponemos a gritar al perro y él se pone a hacer una o varias de estas cosas:

-          Mira a otro lado
-          Se rasca
-          Se pone a olfatear algo

Ante estos comportamientos nosotros normalmente nos enfadamos más. “¡Será posible!, y encima me ignora”

Pues una buena noticia, no te pasa a ti sólo. No es que tu perro sea un pasota. No te está faltando al respeto ni nada parecido, más bien al contrario.

Lo que está haciendo el perro es intentar comunicarse. Estas son algunas señales de comunicación visual típicas de la especie (aunque hay muchas más).

Los perros son animales sociales y tienen una infinidad de maneras de comunicarse diseñadas para mantener el equilibrio y las relaciones sociales, evitando siempre en la medida de lo posible los enfrentamientos y sobretodo que estos lleguen a mayores. A nadie le conviene salir con una mordida.

Voy a intentar explicar estas tres conductas por separado:

-Mirar a otro lado: e incluso desviarse si va caminando, es una señal “de cortesía” en el perro. Significa algo así como “no quiero problemas”.  Podemos fijarnos en esta pauta de conducta cuando dos perros se encuentran. Por cierto, es algo que deberíamos tener en cuenta cuando nos cruzamos con otro perro de la correa. Un próximo post será dedicado a ello.

- Rascarse es una conducta que indica estrés: Es lo que en etología se llama una conducta de desplazamiento. El perro nota tu enfado, te percibe como una amenaza o una fuente de conflictos, le gustaría alejarse pero no puede, así que hace otra cosa.

- Ponerse a olfatear algo: A los perros les relaja mucho el olfateo. En parte es también una conducta de desplazamiento, pero al mismo tiempo cumple la función de tranquilizar el malestar que siente el perro por la situación estresante. El perro está intentando calmarse.

Debido a que este tipo de conductas en ocasiones tienen la capacidad de calmar al animal que las emite o de apaciguar al contrario han sido popularizadas con el nombre general de Señales de Calma. Puedes encontrar información sobre ellas en internet buscando a su principal precursora Turid Rugaas. En este enlace puedes leer su libro 

En definitiva. La próxima vez que te enfades con tu perro y creas que te está ignorando. Respira hondo y recuerda que tu perro te está pidiendo que te calmes.

jueves, 5 de marzo de 2015

Diferencias entre educación y adiestramiento

Cuando hablamos de nuestros perros estos términos muchas veces se confunden. Muchas veces se oye a la gente decir “contraté a un adiestrador porque se portaba fatal” o “llamé a un adiestrador porque mi perro tenía miedo de todo”.

En cierto modo es normal que ambos términos se solapen y normalmente un educador también será adiestrador. Para mi la diferencia es que todo perro debe estar educado pero no necesariamente adiestrado. El adiestramiento puede ser una herramienta útil durante la educación de tu perro, sobre todo si ya tienes algún problema de conducta, pero no debería ser imprescindible.
Educamos cuando enseñamos las normas de casa, cuales son los comportamientos que consideramos aceptables y cuales no.

En el adiestramiento se les enseñan a los animales unas habilidades concretas, normalmente para un fin determinado que al ser humano le interesa. Buscamos que los comportamientos sean más o menos exactos y que el animal pueda servirnos para algún tipo de “uso” que puede ser desde la competición o mera práctica de cualquier tipo de disciplina deportiva hasta una labor de terapia o el pastoreo.

La disciplina en la que más se solapa educación y adiestramiento es la obediencia, ya que un nivel básico de obediencia es útil para casi cualquier propietario. No obstante, estas conductas se pueden adquirir sin seguir un programa o una técnica determinada de adiestramiento, como sabe cualquier propietario con perros bien educados y que nunca han conocido a un adiestrador profesional. Aunque posiblemente se podría considerar lo que hacen los propietarios como un tipo de adiestramiento no formal.

Sin entrar en este debate, la conclusión sería que la educación es imprescindible para la convivencia feliz de perros y personas pero el adiestramiento sólo lo será en ocasiones. En la pestaña Filosofía de este blog queda reflejada esta idea que es la que intentamos llevar a cabo con nuestro trabajo.

viernes, 27 de febrero de 2015

¡Hola! Soy un perro y tengo vida


Qué título más tonto para un primer articulo ¿no?. Es obvio que el perro está vivo. Desde luego que respira, come, hace sus necesidades y duerme. Pero ¿Tiene “una vida”?. ¿Tiene sus intereses, amistades, cosas que le gusta y no le gusta hacer…?


Para mi la respuesta es que sí. Es verdad que para bien o para mal los perros son terriblemente dependientes del humano que le haya tocado. No obstante, son seres autónomos. Tienen sus propias motivaciones, provocadas por su ambiente interno, como puede ser el hambre, la sed, la necesidad de reproducirse o de hacer ejercicio. También por los estímulos  del ambiente que le rodea (su medio ambiente, nuestra casa, el parque, la loncha de jamón que sale de la nevera) y  por supuesto también de sus experiencias previas.

Para mi lo más bonito de tener un perro, que además has criado desde cachorro, es ver como crece y se convierte en un ser vivo totalmente diferente al que llegó y totalmente dueño de sí mismo. Como sueña, duerme patas arriba, suspira, se cansa del alboroto y decide irse a la cama. A veces se levanta, te mira y se da media vuelta para buscar su intimidad en “tú” cuarto.

Todos los animales (perros, gatos, pájaros, personas…) tenemos nuestras apetencias y si les das a elegir sabemos que preferimos. Bueno, normalmente…

Si tu perro no tiene intereses, ni amistades o no sabes lo que le gusta o no. Deberías plantearte que clase de vida le estás proporcionando.  

Con esto no quiero decir que haya que darles total libertad o concederles todos los caprichos. Igual que pasa con un niño, que quiere quedarse a jugar pero también tiene sueño, si el perro tiene demasiadas opciones puede acabar confundido y tener una “perreta”. ¿Vendrá de ahí la palabra? sobretodo, si al perro (o al niño) no se le han marcado unos límites o disciplina. A veces, habrá que poner los brazos en jarra y señalando a la cama decir “A dormir. Y no hay más que hablar”.