jueves, 2 de julio de 2015

Algunos mitos de perros

Este artículo va sobre todas esas creencias que se manifiestan en frases que oímos todos los días. Yo voy a poner algunas que, personalmente, me encuentro a menudo. Pero sin duda hay más.

Me gustan los perros pero no tengo jardín y para tenerlo mal no lo tengo.
No puedo tener perro porque vivo en un piso
Todas estas frases, para mi forman parte del mito del “perro al aire libre”. Parece como si los perros fueran claustrofóbicos. En si el permanecer en la calle no le proporciona ningún beneficio al perro. Como a todos los animales les gusta estar cuanto más cómodos mejor. Así que si pueden descansar dentro de casa, lo prefieren. Aunque eso es lo de menos, el perro como animal social prefiere estar con el resto de su grupo, que en el perro doméstico somos nosotros. Además los perros que están continuamente en un recinto cerrado, como un jardín, desarrollan más conductas territoriales, haciéndose más propensos a la agresividad y a desarrollar obsesiones. Este es, por ejemplo “El efecto valla” esos perros que se pasan el día recorriendo la valla, ladrando, gruñendo y haciendo movimientos repetitivos arriba y abajo del perímetro. Hay que tener en cuenta que el jardín, al ser un entorno conocido y estable no resulta estimulante, así que es lógico que pasen el tiempo pendientes o bien a las entradas y salidas de casa o a la valla. Además esto no se arregla teniendo dos perros. Es común ver que hay dos perros haciendo estas conductas tras una valla y cuando se excitan demasiado, por ejemplo, porque pasa otro perro acaben mordiéndose el uno al otro. Simplemente por una agresividad redirigida.

El perro necesita salir a la calle no estar en la calle. Necesita caminar y explorar viendo cosas diferentes y usando la nariz. Tener nuevos estímulos que un jardín y mucho menos una azotea no pueden proporcionar.
Para mi la frase que la gente debería decir en todo caso sería: “No puedo sacar a mi perro, así que para tenerlo mal, no lo tengo”
Ese perro es muy grande para un piso
El perro al aire libre segunda parte o la teoría del deambular. La talla de un perro no es ni mucho menos el factor más importante a la hora de elegir el adecuado. Una casa normal, tiene espacio más que suficiente para que cualquier perro tenga un par de lugares donde echarse, eso si no le permites echarse en sillones o camas. El perro no se dedica a dar vueltas por la casa si no tiene razones para ello. En realidad el perro cuando está dentro de casa solo necesita poder cambiar de vez en cuando de echadero, poder observarte y de vez en cuando interactuar contigo. Una vez más lo que necesita es un poco de atención y salir a la calle. Es posible que en perro pequeño, por ejemplo un yorkshire, o cualquier otro pequeño terrier sea peor elección para pasar mucho tiempo en casa que un gran danés o un san bernardo. Eso si no tenemos en cuenta el acumulo de pelos en el suelo, claro…
Mira que cara pone, el sabe que se portó mal
Esta es un clásico cuando le dices a alguien que el perro no sabe porqué le castigan tiempo después de que hayan hecho algo mal. El hecho es que, no  saben que se portaron mal, saben que tú te has enfadado.  Los perros tienen una capacidad increíble de interpretar nuestras conductas y estados de ánimo.  Un artículo (enlaces abajo) demostró que son capaces de distinguir las expresiones faciales de enfado y alegría, incluso enseñándoles sólo la mitad de la cara. Además de que la cara de enfado le resultaba aversiva  por lo que era más difícil enseñarles a elegirla. Así que cuando el perro baja la cabeza y te mira con “cara de arrepentimiento” solo está pidiéndote que le dejes de mirar y gritar de esa manera tan desagradable.
Más información sobre los artículos



1 comentario: