jueves, 18 de febrero de 2016

Las reglas del juego


Últimamente estoy insistiendo mucho en temas relacionados con el juego y hay varias razones para ello.

El juego es necesario para los animales sociales y para los domésticos ya que es una manifestación de la neotenia, el mantenimiento de los rasgos de cachorro en el adulto, propio del proceso de domesticación. Además, todos los animales, no domésticos, con habilidades cognitivas altas, continúan jugando en la edad adulta, aunque menos frecuentemente que cuando eran crías. De hecho, nosotros nos incluimos en este último grupo. Así que no hay nada mejor para reforzar el vínculo perro-dueño que compartir momentos de ocio juntos.  Pero para ello es importante que el juego sea divertido para ambos. Cuando nosotros jugamos, aun cuando somos pequeños, todos nuestros juegos tienen unas normas básicas. Ese mismo principio debemos aplicarlo al juego con nuestros perros. El juego eficaz es aquel en el que el perro desgasta energía física y mental, no se excita en exceso y ambos os divertís. 

Para saber que nuestro juego es eficaz lo primero que tenemos que hacer es fijarnos en lo que hacemos y como reacciona nuestro perro. En ocasiones pensamos que lo único que necesita un perro activo es gastar energía  y por ello nos dedicamos a jugar a un ritmo frenético, tirando la pelota el mayor número de veces posibles y animándole para que no se pare en sus carreras. Con esto conseguimos mucha excitación y esto sólo sirve para que "cargue la pila". El perro acaba con la lengua fuera, pero aun con ganas de más, descansará un rato y querrá seguir "la marcha". Entonces es cuando los dueños se quejan: "este perro no se cansa nunca".

Lo primero que tenemos que hacer para evitar esto es reconocer la excitación excesiva en el perro. Si hace el "molinete" (girar sobre si mismo), salta o nos ladra sin parar, está demasiado excitado. Recordar, no está contento, no es gracioso ni es bueno para el, aunque mueva el rabo.

En cambio, debemos aprovechar los momentos de juego para enseñarle auto-control y tolerancia a la frustración. ¿Como?. Ejercitando la paciencia. Yo establezco una serie de normas:

1. Si estás demasiado excitado no te doy el juguete
2. Hay que aprender a soltar el juguete. Si no lo sueltas es aburrido (me quedo quieto)
3. Si saltas sobre mi o sobre el juguete sin que te lo indique se para el juego (aburrido).
4. Si lo sueltas jugamos y te lo vuelvo a dar (divertido)
5. Si te vas se acabó el juego

Para conseguir todo esto es bueno empezar con mordedores y no con pelotas o juguetes que piten. Así será mucho más fácil que el perro aprenda a controlarse y a soltar.
Hay perros a los que les gusta especialmente ir a buscar cosas (perros cobradores) y  a otros ejercer la presa (juegos de tirar). Ambos perros necesitan dar salida a esas pulsiones naturales pero debemos poner especial cuidado en seguir las normas para evitar que se obsesionen. En mi opinión es bueno alternar ambos tipos de juego en la misma sesión.

Una vez que dominemos las normas, las sesiones de juego son ideales para practicar los ejercicios de educación o obediencia básica. Aprender a mantener un quieto mientras se le tienta con un juguete o no intentar atraparlo hasta que se lo indiques, por más que lo sacudamos sobre su hocico, ayuda a tener un perro más equilibrado. El juego puede convertirse en el mejor aliado en la educación de nuestro perro y en una fuente de satisfacción o por el contrario en una fuente de excitación y frustración para ambos. ¿Qué elegimos?.

2 comentarios:

  1. Sin duda elijo la opción de la satisfacción. Me gusta mucho el articulo, claro, conciso y bien explicado. Sigue escribiendo, aprendo mucho contigo.

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