Se acercan
fechas navideñas y muchas familias se plantearán la opción de regalar a sus
hijos o pareja ese ansiado perrito. Son muchas las preguntas que debemos
hacernos a este respecto. Una es si quiero o puedo tenerlo, lo cual trae
consigo una considerable lista de preguntas extras que deberíamos hacernos.
Pero una vez que decidamos que estamos dispuestos a cambiar nuestras vidas para
introducir en ellas a un nuevo miembro de la familia. Habrá que ver cuál es el
indicado para nosotros.
Con este
artículo pretendemos ayudar a analizar nuestra vida y entorno familiar para
decidir responsablemente.
En primer
lugar tenemos que tener en cuenta que todos los perros tienen una serie de
necesidades básicas y chequear si estamos dispuestos a hacer los sacrificios
necesarios. Estas necesidades mínimas serían:
1º Recibir nutrición adecuada
2º Recibir la vacunación y atención
veterinaria en caso
de enfermedad o accidente
3º Salir a la calle y hacer ejercicio. Todos los perros necesitan hacer
algún ejercicio y salir a la calle al menos una vez al día si nuestra casa
tiene jardín y al menos 3 si no lo tenemos.
4º Recibir atención y cariño.
Esto nos supondrá un desembolso
económico y una importante inversión de nuestro tiempo.
¿Estamos
dispuestos a ello? ¿Podemos permitírnoslo?
Si la
respuesta a estas preguntas es un Sí rotundo la siguiente que debemos hacernos es ¿Qué
perro es el adecuado para mi?. Es posible que nuestro hijo o nosotros mismos
tengan una ilusión tremenda en tener, por ejemplo, un bulldog francés. Si la decisión de tener un perro flaquea ante la idea de tener otro tipo de perro, debemos pararnos a reflexionar si realmente queremos un perro o si, en realidad, queremos un
estereotipo idealizado. Por favor, no seleccionen al perro por su apariencia o
únicamente por impulsos emocionales.
Las
necesidades básicas de cualquier perro se pueden ver multiplicadas por 10 en
según que animales, al igual que los problemas que esto acarree si no estamos
preparadas para ello.
Si quieres un perro de raza infórmate
antes de sus características, en especial de su carácter y posibles problemas
veterinarios. Hay perros estéticamente muy bonitos que pueden tener unas
pulsiones instintivas muy fuertes que les hacen ideales para perro de caza o
trabajo pero que en la ciudad pueden ser grandes problemas y otros que con alta
probabilidad nos van a hacer pasar mucho rato en el veterinario.
Lo siguiente
que debemos pensar es si queremos un cachorro
o un perro adulto. Si bien es cierto que el cachorro está por moldear y lo
podemos intentar adaptar a nuestra familia, también es cierto que este proceso
puede ser duro y que si no tenemos experiencia y paciencia puede ser un arma de
doble filo. Muchos perros adultos con problemas fueron cachorros que no
recibieron la educación, atención y cuidados necesarios o adecuados cuando eran cachorros.
Si no queremos pasar por el proceso de la educación, limpiar pipis y cacas
dentro de casa y aguantar unos cuantos destrozos (algo casi inevitable con los cachorros), deberíamos plantearnos dar
una segunda oportunidad a un perro adulto. En refugios y protectoras hay miles
de perros esperándola, la gran ventaja de estos perros es que podemos
conocerlos antes de adquirirlos. Podemos encontrar así el perro que se ajuste a
nuestro estilo de vida y en cualquier caso mejorar el suyo.
El consejo
general es, piénsalo bien. Si lo necesitas pide asesoría a un profesional y al
personal de refugios si te decides por esa opción. No te dejes llevar por impulsos del corazón e infórmate antes. No
le harás ningún favor al perro ni a tu familia llevándotelo a casa para después
tener que deshacerte de él.
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